Ahora mismo no hay justicia en nuestro sistema penal que es punitivo y discriminatorio. Necesitamos un sistema centrado en reformar y conectar a las familias y las comunidades, no en el castigo y la compensación. Es hora de redirigir los fondos de las actividades policiales que perjudican a nuestras comunidades y se dirigen desproporcionadamente a los Negros y Latinos y reasignar fondos a servicios y programas que beneficien a nuestras comunidades, plantando nuevas raices. Debemos poner fin al camino de la escuela a prisión y crear un mundo que cumpla los sueños de nuestros hijos cuando les digamos que pueden ser lo que quieran ser. 

Debemos poner fin a la codicia con fines de lucro que alimenta nuestro sistema actual de justicia penal prohibiendo las prisiones con fines de lucro y los centros de detención y poner fin a la fianza en efectivo. No más a la criminalización de las comunidades pobres, Negras y Latinas. En lugar de gastar 80 mil millones de dólares al año en cárceles y encarcelamientos, debemos invertir en educación y empleos bien remunerados..