En los Estados Unidos, los tiroteos masivos ocurren diariamente. Al igual que muchas de las crisis profundamente arraigadas de Estados Unidos, la epidemia de la violencia armada afecta desproporcionadamente a las comunidades de color e inflige un dolor más profundo en las comunidades que ya están padenciendo. Es hora de pensar de manera diferente sobre cómo protegemos a nuestras comunidades de la violencia armada y de promulgar leyes de armas con sentido común que salvarán vidas. 

Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para mantener las armas fuera del alcance de quienes corren mayor riesgo de violencia. Cualquier persona condenada por un crimen de odio no debe tener un arma. Punto. Necesitamos exigir verificaciones de antecedentes universales para la venta privada de armas en ferias de armas y en línea, elevar la edad mínima para comprar un arma de fuego a al menos 18 años y cerrar la brecha del novio para proteger a los sobrevivientes de abuso doméstico. Apoyo un sistema federal de licencias para la compra de cualquier tipo de arma de fuego o municiones, estableciendo un período de espera de una semana para todas las compras de armas de fuego para desalentar la violencia impulsiva con armas de fuego y reducir los suicidios con las mismas. Mejorar la Ley de Zonas Escolares Libres de Armas para incluir campus universitarios, y personas autorizadas por un estado o localidad para portar un arma de fuego. 

Los comerciantes y fabricantes de armas deben rendir cuentas procesando a los traficantes de armas y revocando las licencias de los comerciantes de armas que infrinjan las reglas. El Congreso debería aprobar la prohibición de las armas de asalto prohibiendo la futura producción, venta e importación de armas de asalto de estilo militar. Debemos exigir a las personas que ya estén en posesión de armas de asalto que las registren en virtud de la Ley Nacional de Armas de Fuego y las personas que no registren o devuelvan su arma de asalto deben enfrentar sanciones.